La gestación del Museo del Jade se entrelaza con la historia del Instituto Nacional de Seguros, esta última, se creó el 30 de octubre de 1924, cuando el Congreso Constitucional de la República de Costa Rica aprobó la Ley Nº12, la cual estableció el monopolio de los seguros a favor del Estado, dándole el nombre de Banco Nacional de Seguros, y 24 años después, cambió su nombre por Instituto Nacional de Seguros (INS).
Con el devenir de los años, y ante una situación de incansable huaquerismo y comercialización de objetos arqueológicos, tanto dentro como fuera del territorio nacional, el Estado de la República de Costa Rica, permitió que instituciones como el INS adquirieran artefactos provenientes de coleccionistas por compra y en pocos casos, por donación, apoyados en los siguientes decretos:
El decreto Nº4809 de 1971 artículo 1º menciona: “Se autoriza a las Instituciones autónomas para adquirir a solicitud de la Junta Administrativa del Museo Nacional, piezas arqueológicas costarricenses para mantenerlas en custodia y exhibición en el Museo, con el fin de evitar que salgan del país...” Asimismo, el decreto Nº5176 de 1973 artículo 1º dice: “Facúltese al Gobierno Central, a las Instituciones autónomas, semiautónomas y a las municipalidades, para que de acuerdo con sus posibilidades económicas, en sus presupuestos anuales de inversiones consignen partidas para promover la literatura, las artes nacionales, monumentos nacionales, adquirir piezas arqueológicas...”
La concepción del patrimonio cultural, la preocupación por consolidar la protección del patrimonio arqueológico costarricense y de contribuir al desarrollo de la arqueología nacional y la existencia de leyes con vacíos legales para su resguardo conducen a que se dicte la Ley de Patrimonio Nacional Nº 6703 en 1982, la cual en su artículo 8º manifiesta: “Se prohíbe el comercio y la exportación de objetos arqueológicos, por parte de particulares e instituciones privadas o estatales...”
Para entonces, el INS había conformado su colección de objetos de la época precolombina con alrededor de 7000 piezas de diversos materiales como jade, cerámica, piedra, oro, concha, madera, resina, hueso y otros. El 31 de octubre de 1977, a propósito de la construcción del edificio del INS, precisamente en el piso 11, se inauguró el Museo bajo el nombre de “Colección Arqueológica del Instituto Nacional de Seguros”; posteriormente, en 1979 con el acuerdo XI de la Sesión 6556 de la Junta Directiva vigente, cambió el nombre por el de "Museo del Jade" y la incorporación del nombre Fidel Tristán Castro en 1984, a una sala de arte.
Para el 2014, con el proceso de construcción del nuevo edificio, se propone ante el órgano director del INS el cambio de nombre a Museo del Jade y de la Cultura Precolombina, para reflejar la realidad de la colección que custodia, ya que los artefactos que se exponen también contemplan materiales en cerámica, piedra, hueso, oro y otros materiales orgánicos.
Entre los objetivos del Museo del Jade del Instituto Nacional de Seguros se encuentra:
Una colección que ha sido investigada
Ante la imposibilidad de reestructurar un contexto perdido por causa de los métodos de excavación no científicos, el Museo del Jade se ha dado a la tarea de impulsar proyectos de investigación, con el fin de conocer, en lo posible, el contexto de sus colecciones mediante la asociación de objetos excavados científicamente.
Estas investigaciones han incursionado en campos tales como: el antropológico, el arqueológico, el geológico, el artístico y el etnomusical.
La gestión del museo
El Museo del Jade, a través de sus cuarenta y siete años de funcionamiento ha permitido que miles de visitantes nacionales y extranjeros visiten sus salas de exhibición, teniendo la oportunidad de admirar una de las colecciones arqueológicas más ricas de América.
La variedad de su acervo, constituido por tres colecciones; arqueología, arte y etnografía; refleja uno de los objetivos del INS, de generar una contribución social, a través del registro, documentación y exhibición de exposiciones.
El patrimonio cultural que custodia el Museo ha servido de embajador costarricense, al formar parte de exposiciones internacionales mostradas en diferentes ciudades de América, Europa y Asia. La alta calidad de la colección de arte se ve reflejada, por ejemplo, en la significativa cantidad de obras de los más renombrados artistas costarricenses, representantes de diversos períodos de la producción plástica nacional, las cuales en muchos momentos han sido cedidas en calidad de préstamo para exhibición e investigación.
De igual manera el Museo del Jade a lo largo de estos años, ha facilitado sus salas de exposiciones, tanto para la divulgación de artistas plásticos nacionales e internacionales como la puesta en escena de exhibiciones relacionadas con proyectos muy diversos como historia, ciencias, tecnología y otros temas relacionados con el quehacer humano.
Función social y educativa
Las exposiciones y los espacios museísticos permiten dialogar y construir junto a sus visitantes una reflexión crítica alrededor de sus realidades.
El Museo del Jade se concibe como un espacio de transformación social y de sensibilización a partir del patrimonio arqueológico, cultural, artístico y ambiental, por lo que realiza experiencias para y con sus públicos a partir de los contenidos de las exposiciones y de temáticas actuales. A partir de distintas propuestas de mediación, y valiéndose de las emociones, los sentidos, la memoria, la imaginación, la creatividad y la interacción entre las personas, se espera que surjan las necesarias reflexiones para abordar las problemáticas que afectan el desarrollo de los pueblos y el bienestar de las personas.
Durante las actividades se generan experiencias de trabajo individual, familiar o colectivo para promover posibles maneras de relacionarse, pensar, comunicar, explorar y que permitan a las personas ahondar sobre las propias experiencias y conocer otras aprovechando los conocimientos empíricos, naturales, informales y sensibles.
Un museo para todas y todos
Con la intención de hacer del museo un espacio que democratice la cultura y potencie el conocimiento se invitan a personas que se encuentran en condición de vulnerabilidad y que históricamente no visitan museos (personas en condición de calle, personas indígenas, personas privadas de libertad, discapacidad o adultas mayores, así como con niñas, niños y adolescentes en riesgo social) a participar de actividades educativas, creativas y lúdicas.
Socializar en el museo
Los talleres y las visitas son espacios concebidos para que estudiantes, colectivos, familias o grupos organizados puedan compartir y vivir experiencias significativas. Estas actividades son una potente herramienta que permite construir conocimiento crítico, socializar y explorar la imaginación y la creatividad.
Espacio al conocimiento
A lo largo de todo el año se organizan conversatorios para dar a conocer investigaciones y experiencias del ámbito arqueológico, artístico, social, cultural o natural.
Apoyar al desarrollo social y cultural de los costarricenses, mediante diversas estrategias que permiten proteger, conservar y poner en valor el patrimonio arqueológico y artístico que tiene bajo su custodia, y al mismo tiempo interpretar, investigar, innovar, exhibir, divulgar, y vincularse con propuestas culturales y ambientales en el ámbito nacional y foráneo.
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